jueves, octubre 31, 2013

Micro cuento: Ermitaño

"Y en su bolsillo quedaron guardados cinco menciones en twitter, una conversación inconclusa en whatsapp, dos mensajes en facebook, un correo sin responder, y tres llamadas perdidas.
La tristeza le había quitado todas las ganas de conversar con el mundo."

domingo, octubre 27, 2013

¾ de vida son más que 1 entero

En los tiempos que corren gran parte de nuestra vida social está guardada en nuestro teléfono móvil. Guardamos en él correos con nuestros conocidos, conversaciones completas en mensajería instantánea con nuestros amigos;  a todos nuestros contactos y amigos en redes sociales. Por eso cada vez que nuestro teléfono vibra nuestra vida social se enciende haciéndonos sentir parte de algo. Cada vez que ese aparato suena muchos se sienten rodeados de personas.

Sin embargo, aquello no es igual para todos. Mi teléfono no suena muy seguido, porque en mi vida no hay mucha gente.
Mi cuenta en las redes sociales tiene más falsos conocidos (gente a la cual nunca he visto en persona y que en realidad no conozco) que personas de verdad. Y a casi todos los que considero mis amigos, el tiempo, la distancia o el des interés ya los apartó de mi vida.

No todos tenemos tanta gente de la cual podamos decir que somos parte de su vida. No todos tenemos tantos amigos o conocidos con quienes compartir a cada momento. Somos muchos los que cuya vida está más rodeada de cosas que de personas.

Por eso, a veces, muchos de nosotros sólo buscamos encontrar a "esa" persona soñada con quien ser feliz. Una sola persona que llene nuestras expectativas y lo que hemos soñado toda una vida. Una sola persona que, quizás nunca aparezca.

Por eso me extraña cuando algunos lloran por no poder tener a aquella persona que quieren, y se olvidan de contar a todos los amigos y conocidos que desde ya tienen a su lado.


Y es que al final yo me pregunto, ¿quiénes tienen una vida más triste? ¿Aquellos que todavía no cuentan con un sólo entero? o ¿aquellos con ¾  de su vida ya completa?

lunes, junio 24, 2013

Los hombres no son regaloneables

A veces pienso que los hombres no somos regaloneables.
Sí. Muchas veces creo firmemente que no somos material abrazable, acariciable, tocable, ni nada parecido.

Las mujeres siempre esperan que uno las regalonee: Que las acaricien, que les toquen el pelo, que las abracen, que las contengan, y las consientan. Pero casi nunca he visto a una mujer hacer lo mismo por su pareja de turno. (Aplíquese esto a pololos, andantes, amigos con cover, peor es na', lo que botó la ola, etc., etc.)

Porque, si somos sinceros, cuando una pareja comienza a ponerse cariñosa cuando están solos, es el hombre el que primero tira las manos; siendo él, el que acaricia, el que toca, y el que reparte besos en el cuello, cara, orejas, y en cuanta parte de la anatomía maneje en su repertorio personal. En el caso de la mina, ella sólo se acurruca y espera que sea el mino quien la abrace y comience a hacerle cariño en el pelo con una mano, mientras le roza la espalda con la otra al tiempo que la besa.

Sin embargo, cuando una mina quiere regalonear la cosa cambia totalmente.
Para las mujeres regalonear es sinónimo de “limpiarle el cutis al otro”. Las mujeres son especialistas en detectar imperfecciones de la piel, ya sea en ellas mismas o en cualquier otro ser humano.
Por eso, cuando una mujer empieza a regalonear a un hombre, la situación pasa - tarde o temprano - de caricias y arrumacos a buscarle y sacarle los puntos negros de la nariz y la cara al susodicho. Y pobre de que éste se mueva o rezongue, porque hasta ahí nomas llega el regaloneo-limpiado-de-cutis.
Y la cosa no para ahí. ¿Se ha puesto a pensar en lo rico que es sentir el cuerpo desnudo de una mujer rozando con el suyo? Pues bien. Ese momento glorioso que es un abrazo desnudo en una pareja pronto se transforma en una mujer buscando y sacando granitos de la espalda del hombre. Sutilmente quizás. Pero sigue siendo limpieza de cutis al fin y al cabo.

Por eso, cuando se dice que, el ser humano es un descendiente de los simios, es cuando yo creo que el material genético se quedó más pegado en uno de los dos sexos.

Así que, o es eso, o bien nosotros no somos regaloneables.

lunes, febrero 04, 2013

Malas impresiones

Dicen que la primera impresión de una persona es la más importante, porque esta define a ese alguien ante tus ojos. Yo creo que esa es una mentira del porte de  una catedral. Es más; creo que las primeras impresiones son siempre erróneas. Que son una muy mala imagen de lo que una persona realmente es y, por lo tanto, pueden llevar a equivocarnos en demasía con la gente.
Y créame que, decepcionarse por impresiones erróneas es algo muy fácil. (Asombrarse gratamente también es posible; pero bastante menos probable, porque la verdadera esencia de las personas es más bien egoísta y tendiente a la mentira más que a cualquier otra cosa)

Una persona no se define a primera vista... Ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta, la quinta, o la sexta. Una persona se define en sus actos diarios, en sus palabras, y en su forma de pensar. (La cual ojala esté en concordancia con sus actos, porque de otro modo se haya usted frente a un loco de atar o a un doble estándar; el cual es mucho más peligroso que el primero)
Por lo tanto, para conocer verdaderamente a alguien se requiere de tiempo. Y mucho. Se necesita de mucha interacción con el otro - historia social como la llaman los entendidos – y en distintos ámbitos de la vida, para llegar a hacerse una imagen cabal y completa de cómo es la otra persona. Incluso, a veces toda una vida no es suficiente para llegar a conocer realmente a otra persona.

Sin embargo, la primera impresión que nos hacemos de alguien siempre da pie para imaginar cosas acerca de ella, y empezar a atribuirle características así de la nada. Si esa primera impresión fue positiva, uno casi inmediatamente empieza a idealizar a esa persona y la sube a un pedestal de donde - no pocas veces - termina cayéndose  de hocico con el paso del tiempo. Y eso, porque tenemos la estúpida manía de extrapolar lo primero que vemos en los demás convirtiendo a las personas en ángeles o demonios en menos de tres tiempos. (Y mucho ojo si usted es de aquellos foreveralone (1), porque éstos idealizan a cualquiera que les devuelve el saludo o les regala una sonrisa durante una conversación)

¡Y no pue! ¡La cosa no funciona así!

Las personas tienen muchas caras, y no se alcanzan a ver todas en una primera impresión. Los seres humanos son volubles, inconstantes, caprichosos y polifacéticos (excepto por los parientes de Marcel Marceau y aquellos mono temáticos). Además, son cambiantes según las circunstancias y según sus estados de ánimo... O según sus hormonas. (Punto válido para ambos géneros, pero por  motivos completamente disimiles)

¿Y por qué le doy la lata con todo esto?

Para que no se sorprenda la próxima vez que vea a alguno de sus conocidos darse una vuelta de carnero de nivel olímpico en su forma de actuar, pensar, o decir respecto de lo que usted le conoció desde un principio, y no piense de antemano que lo engañaron con un discurso más falso que promesa de político en periodo de elecciones.
El punto es que usted ahora recién esta empezando a conocer a esa persona sin la careta que él/ella tenia - o que usted mismo/a le puso inconscientemente - cuando lo/a conoció, y está viendo cómo esa persona realmente es (No confundir con los lobos-con-piel-de-oveja, porque esa es una especie completamente diferente, y tremendamente peligrosa, y que requeriría un post completo para definirla).

Así que ojo en el futuro con jactarse de creer que conoce bien a alguien, porque lo más probable es que no sea así. Yo le sugiero que empiece a ver con una mirada más objetiva y más escéptica de ahora en adelante a las personas que conoce.  Especialmente a aquellas a quienes conoce desde hace poco. No vaya a ser que sea usted el que se deba pegar un alcachofazo de proporciones olímpicas cuando se de cuenta que, a quien tenia enfrente no era realmente la persona que usted creía que era. (Ladrones de cuerpos, Usurpador de cuerpos, Body Snatcher)

Esop.

"Tus palabras hablan de tu forma de pensar. Tus acciones hablan de quien eres en verdad."