miércoles, febrero 29, 2012

Ayúdeme usted compadre

Me carga esa gente que se las pinta de buen samaritano; pero que al final lo único que hacen es cargarle los problemas a los demás y hacerse los santos solitos.
¿Creeran que con eso se van a ganar el cielo?
Vea usted mismo y saque sus propias conclusiones.

Ejemplo 1:
"Yo soy un amante de los animales. Por eso, no compres una mascota. Adopta un animalito sin hogar."
¿Y por qué no lo adopta usted mejor si es tan amante de los animales? ¿Ah?

Ejemplo 2:
"¿Oye? ¿Tú viniste a la fiesta en auto cierto?... Un par de amigos míos andan a pata, ¿los podrías acercar a sus casas?"
¿Y por qué no los llevas tú mejor en el auto nuevo que te acabas de comprar y sobre el cual me hablaste por media hora?

Ejemplo 3:
"La amiga de una amiga, de mi amiga acaba de llegar a Santiago; y me contaron que anda buscando un lugar donde quedarse por un tiempo. Está dispuesta a arrendar una pieza incluso. Tú te acabas de cambiar a tu departamento nuevo ¿cierto? ¿No tienes una pieza que te sobre de casualidad?"
¿Y usted? ¿No tiene espacio en su casa, para hacerle la gauchada a la amiga, de la amiga, de su amiga?


Señora... Caballero... Dama... Joven...
¡Déjese de andar chuteando la pelota para el lado, y hagase cargo usted mismo de una buena vez de los cachos que le encaletan!

jueves, febrero 23, 2012

Ermitaño social

Sí. Eso es lo que soy. O mejor dicho; en eso me he convertido.
La verdad, no sé cómo llegué a este punto; pero lo cierto es que mientras más trato de acercarme a la gente, más consigo alejarlos a todos.
Hablo y nadie me responde. Llego y siento que todos se alejan.
Es como si tuviera alguna clase de peste, que espanta a todas las personas (¿Será que olvidé ponerme desodorante? Porque yo me baño religiosamente todos los dias).

Yo pongo mi mejor cara, y mis mejores líneas para iniciar una conversación con alguien, y lo único que consigo es un par de respuestas lacónicas y que me dejen hablando solo al cabo de unos minutos.
Demuestro atención a lo que me dicen, hago preguntas, miro a los ojos (Cosa que mis interlocutores rara vez hacen... Empiezo a creer que de verdad causo alguna clase de repulsión en los demás); pero nada. Al rato ya estoy tan solo como empecé.

Al final, con todo esto la gente va a terminar por aburrirme, y la única solución posible que veo es terminar en un claustro: El de mi propia vida.
Y en donde mis mejores amigos son mis cosas.

Mmmm...

En estos momentos que me parece recordar haber leído de alguna parte y de alguna persona, que uno elige cómo sentirse en cada situación en la que se encuentra. En otras palabras, uno elige estar bien o no, ser feliz o no con lo que te toca vivir.
Seguir buscandole la quinta pata al gato, para tratar de entender por qué nadie me pesca, o seguir lamentando sin parar el hecho de no conseguir el más minimo interés de parte de los demás no me va a ayudar en nada.
Salvo para una cosa: Evitar disfrutar lo que tengo ahora.

Dado ese el caso... Pueden irse todos a la real _____, porque yo, he decidido ser feliz!