Y créame que, decepcionarse
por impresiones erróneas es algo muy fácil. (Asombrarse gratamente también es
posible; pero bastante menos probable, porque la verdadera esencia de las
personas es más bien egoísta y tendiente a la mentira más que a cualquier otra
cosa)
Una persona no se define a
primera vista... Ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta, la quinta, o
la sexta. Una persona se define en sus actos diarios, en sus palabras, y en su
forma de pensar. (La cual ojala esté en concordancia con sus actos, porque de
otro modo se haya usted frente a un loco de atar o a un doble estándar; el cual
es mucho más peligroso que el primero)
Por lo tanto, para conocer
verdaderamente a alguien se requiere de tiempo. Y mucho. Se necesita de mucha
interacción con el otro - historia social como la llaman los entendidos – y en
distintos ámbitos de la vida, para llegar a hacerse una imagen cabal y completa
de cómo es la otra persona. Incluso, a veces toda una vida no es suficiente
para llegar a conocer realmente a otra persona.
Sin embargo, la primera
impresión que nos hacemos de alguien siempre da pie para imaginar cosas acerca
de ella, y empezar a atribuirle características así de la nada. Si esa primera
impresión fue positiva, uno casi inmediatamente empieza a idealizar a esa persona
y la sube a un pedestal de donde - no pocas veces - termina cayéndose de hocico con el paso del tiempo. Y eso,
porque tenemos la estúpida manía de extrapolar lo primero que vemos en los
demás convirtiendo a las personas en ángeles o demonios en menos de tres
tiempos. (Y mucho ojo si usted es de aquellos foreveralone (1), porque éstos idealizan a cualquiera que les
devuelve el saludo o les regala una sonrisa durante una conversación)
¡Y no pue! ¡La cosa no
funciona así!
Las personas tienen muchas
caras, y no se alcanzan a ver todas en una primera impresión. Los seres humanos
son volubles, inconstantes, caprichosos y polifacéticos (excepto por los
parientes de Marcel Marceau y aquellos mono temáticos). Además, son cambiantes
según las circunstancias y según sus estados de ánimo... O según sus hormonas.
(Punto válido para ambos géneros, pero por
motivos completamente disimiles)
¿Y por qué le doy la lata
con todo esto?
Para que no se sorprenda la
próxima vez que vea a alguno de sus conocidos darse una vuelta de carnero de
nivel olímpico en su forma de actuar, pensar, o decir respecto de lo que usted le conoció desde un principio, y no piense de antemano que lo engañaron con un discurso más falso que
promesa de político en periodo de elecciones.
El punto es que usted ahora
recién esta empezando a conocer a esa persona sin la careta que él/ella tenia -
o que usted mismo/a le puso inconscientemente - cuando lo/a conoció, y está
viendo cómo esa persona realmente es (No confundir con los lobos-con-piel-de-oveja, porque esa es una especie completamente diferente, y tremendamente peligrosa,
y que requeriría un post completo para definirla).
Así que ojo en el futuro
con jactarse de creer que conoce bien a alguien, porque lo más probable es que
no sea así. Yo le sugiero que empiece a ver con una mirada más objetiva y más escéptica
de ahora en adelante a las personas que conoce.
Especialmente a aquellas a quienes conoce desde hace poco. No vaya a ser
que sea usted el que se deba pegar un alcachofazo de proporciones olímpicas cuando
se de cuenta que, a quien tenia enfrente no era realmente la persona que usted
creía que era. (Ladrones de cuerpos, Usurpador de cuerpos, Body Snatcher)
Esop.
"Tus palabras hablan
de tu forma de pensar. Tus acciones hablan de quien eres en verdad."
1 comentario:
Muchas gracias por tus palabras.
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