Desde
hace harto tiempo que vengo dándole vueltas al hecho que, las mujeres son como
las víboras. Pero no me malinterprete. No me refiero con esto a que ellas sean
unos seres rastreros, fríos, calculadores, y que piensen en atacarlo cuando usted
menos se lo espere. Así que vaya sacándose esa expresión de Rage Guy de la
cara.
Con
lo que dije antes me refiero a que las mujeres se parecen más a seres ectotermos (como los reptiles y
batracios) que a seres homeotermos (como los mamíferos), porque su temperatura
varía directamente con la temperatura ambiental en que se encuentran y
necesitan métodos externos para poder regularla.
Y para confirmarlo es cosa de verlas solamente.
Basta
que empiece a hacer un poco de frío al comenzar el otoño y los días se nublen,
para que de inmediato se enfunden a si mismas en un montón de ropa. ¿No me
cree? Vamos viendo. Cuando comienza a hacer frío, ellas se ponen: ropa
interior, panties (o medias de lana,
o ambas), calcetas (sobre las panties),
pantalones (gruesos), y botas. Y además, también se ponen: camiseta de panties, blusas o poleras, sweaters, chalecos (sobre el sweater que ya tienen), chaquetas y / o
abrigos, bufanda, gorro de lana, y guantes. Un esquimal sentiría envidia
ciertamente. Se lo aseguro.
Por
otro lado, cuando los días se tornan más soleados en primavera y comienza
levemente a hacer calor; ellas hacen todo lo contrario. Reducen el tamaño de la
ropa que usan, y cambian el tipo de tela de éstas (ya no es algodón sino
cualquier otra tela que no transpire). Se olvidan de las panties completamente. Usan – en su gran mayoría – vestidos,
faldas, o mini faldas. Y si usan pantalones, éstos son anchos y delgados. Usan
casi exclusivamente chalas, o cualquier tipo de calzado abierto. Las blusas y /
o poleras serán siempre sin mangas, de manga corta, o strapless (para las más siúticas). Y los lentes para el sol no se
los sacaran ni a la sombra.
Si
no me cree; lo invito a realizar el siguiente experimento: Cuando salga a la
calle fíjese en las féminas a su alrededor, y saque la cuenta de cuantas de
ellas andan con chalas (si es verano) o andan con botas (si es invierno). El
porcentaje nunca bajará de 95%. Se lo doy firmado.
¡Ah!
Y otra cosa. Si es invierno y ellas se encuentran en un lugar cerrado (como una
oficina por ejemplo), pondrán la calefacción al máximo. Por el contrario, si es
verano, entonces pondrán el aire acondicionado a todo lo que éste de.
Y
la verdad, yo me pregunto ¿para qué tanto? ¿Por qué no nos aprenden a nosotros
los hombres? En invierno nos vestimos con una camisa y un sweater, Y SERÍA (no me voy a referir acá a los mamoncitos ni a las niñitas que usan
calzoncillos largos y camisetas). Mientras que en verano andamos siempre con
zapatos cerrados y camisas de manga larga. E incluso, y con 32º a la sombra,
muchas veces andamos también con corbata.
¡Pero
ojo! Que esto no es una cosa de moda o no moda. El mercado también nos ofrece
gentilmente “chalas” en verano, para nosotros los caballeros; o botas durante
el invierno. Sin embargo, nosotros siempre actuamos con el buen pobre, y usamos
los mismos zapatos en invierno y en verano.
Por
eso es que creo que los hombres se parecen más a los seres homeotermos que las
mujeres. Si hace calor, nuestro organismo nos hace transpirar, para bajar
nuestra temperatura corporal. En tanto que si hace frío nuestro organismo nos
hace tiritar, para hacernos entrar en calor. A diferencia de una mujer que de
inmediato se tiraría encima un oso polar para abrigarse actuando mucho más
parecido a un organismo ectotermo. O sea, igualito que los sapos y las
serpientes (¿Sabía usted que, las serpientes que viven en el desierto se
entierran bajo la arena para mantenerse frescas y evitar que el calor las
sofoque? ¿O que los sapos no son capaces de darse cuenta cuando están metidos
en agua caliente hasta que ésta hierve y ellos explotan por el calor?).
Así
que cuando las mujeres ya no sean capaces de cambiarse la piel con la misma facilidad
con que lo hacen ahora, se van a cocinar solitas y sin darse cuenta.
Esop.