viernes, octubre 26, 2012

Algún día significa ningún día

Disclaimer : Siempre hay excepciones a la regla. Eso.

¿Ha escuchado o estado alguna vez en una de las siguientes situaciones?

"Él: Podríamos juntarnos uno de estos días a tomarnos un café. ¿Te parece?
Ella: Ok. Yo te aviso."

"El: ¿Y si te invito una chela?
Ella: ¡Yapo! Demás que sí. Juntémonos la próxima semana."

"El: ¿Te tinca juntarnos el viernes a tomarnos un helado?
Ella: Dale. Esta semana no puedo. Pero pongámonos de acuerdo para la próxima."

Si ha escuchado alguna de aquellas respuestas - y especialmente de parte de una chica a quien le gustaría conocer -; no se las crea. Son mentiras.
Es la forma clásica y políticamente correcta que tienen las minas de decirle que, no quieren juntarse con usted. Y de paso sacárselo de encima indefinidamente haciéndole creer que tiene alguna chance de conocerla algún día. Eso; hasta que usted se pegue la cachá de que nunca tuvo oportunidad alguna.

Conocer gente en estos días no es algo fácil. Y el uso de páginas Web de citas en Internet, Facebook, Twitter, y toda la cuestión esa, la verdad, no ayuda mucho. Sin embargo, ponerse en contacto con cientos de personas con la ayuda de Internet sí es muy fácil.

Y así, resulta que de casualidad (o a veces no tan casualmente) usted se puso en contacto con una chica que le pareció simpática y con más de dos neuronas en sinapsis. Twiteó un comentario que a usted le pareció acertado; el nick name de ella le llamó la atención entre todos los usuarios de la sala de chat ese día; era la amiga de un amigo de la polola de un compañero de universidad suyo en Facebook etiquetada en la foto en la cual usted posteó un comentario. No sé. Posibilidades de conexión hay muchas.

La cosa es que a partir de ahí comienzan a seguirse en Twitter; a conversar más a menudo en el chat; o derechamente se agregaron en Facebook después de un par de posteos, y la cuestión comienza a caminar.
O al menos eso es lo que cree usted.
Se twitean, chatean, o se postean mutuamente. Ella es simpática. Usted se hace el lindo. Ella se ríe con sus chistes. Usted - como todo un caballero - no la jotea nunca... Más allá de lo necesario para mantenerle el ego en alto a ella.

Pero resulta que después de un tiempo siguiendo esta dinámica a uno le dan ganas de conocer a la señorita que está al otro lado de la pantalla. Y le lanza la pregunta del millón; así como que no quiere la cosa, y apelando a la buena onda que usted siente que existe entre los dos. Y cuando la chica acepta a usted se le ilumina la cara de pura felicidad por la sola idea de conocerla. 
Sin embargo, la felicidad le durará sólo hasta que ella le empiece a correr las fechas del encuentro indefinidamente. Que está ocupada, que tiene otra junta con las amigas, que está con muchas cosas en el trabajo / universidad, que en la casa le hacen atado con los horarios, que la pata e' la guagua y la cacha e' la espa’. En resumen, que ahora no puede; pero la semana siguiente es seguro que sí. Y uno se la cree y la espera.

¿Y por qué ella hace eso?
Porque quizás nunca tuvo interés en pasar de un encuentro casual mantenido en el tiempo a algo más real, y sólo le dijo que sí para no hacerlo sentir mal. (Y de paso sacarse la mochila con piedras de su conciencia.)
Porque al final toda esa buena onda que tenían a través de Internet era sólo para mantenerlo a usted alejado del mundo real de ella, y que todo quedara siempre en la Matrix.

Además del motivo anteriormente señalado existe otra posible causa por la cual la chica en cuestión se comportará esquiva eternamente con usted: Porque se muere de miedo de encontrarse en persona con alguien que conoció por Internet. 
Ok. Convengamos que conocer gente por Internet es algo bastante usual; pero pasar de ahí a encontrarse en persona siempre causa algo de miedo, porque uno no sabe realmente quien está al otro lado de la pantalla. 

Sin embargo, tome en cuenta que el mismo riesgo que está corriendo usted señorita, lo está corriendo el susodicho por su parte. Y si bien existe la posibilidad que, sin importar cuanta foto haya visto del caballerito antes de juntarse con él, igual termine topándose con la versión local de Shrek; uno también tiene todas las posibilidades de terminar encontrándose con la versión "verde" de la princesa Fiona. (Recuerde que las fotos siempre mienten. Para bien o para mal.)

Pero, ¿y qué si así es? Es sólo una junta para tomarse un café y conocerse ¡mierda! A lo más durará media hora. Y si no le gustó, entonces ahí queda todo. Por otro lado, si no lo pasó tan mal, tiene la posibilidad de volver a repetirla.

Tan sólo dese cuenta que, todas las veces que usted le negó la oportunidad al estimado de turno, también se negó la oportunidad usted misma de conocer a alguien que bien podría haber valido la pena. Porque por algo no lo mandó cibernéticamente para la casa al 2do, 3er, o 4to twiteo, conversación en el chat, o posteo en FB. Si siguió hablando con él fue por algo. Piénselo: Se podría haber ganado a lo menos un nuevo amigo. Pero de tanto estirar el elástico al final éste siempre se rompe, y el caballerito buena onda que le celebraba todas sus tonteras ocurrencias al final se va a cansar y se va a mandar cambiar.

En resumen, estimados, ojo con la próxima vez que se hagan ilusiones de conocer  en persona a esa chica tan agradable que se encontraron por Internet. Porque existe la posibilidad que eso nunca pase.

¿O será que la mala onda es sólo conmigo?